fuentes académicas y populares

Diferencias entre las fuentes académicas y populares: Características e importancia de la distinción entre las mismas

En el proceso de investigación de cualquier temática o propósito, es fundamental reconocer la procedencia de las fuentes. En este artículo, hablaremos de las diferencias entre las fuentes académicas y populares: características e importancia de la distinción entre las mismas.

¿Qué son las fuentes académicas y populares?

Las fuentes académicas son las que han sido sometidas a revisión por especialistas reconocidos en el área de estudio en concreto. Por ejemplo, los ejemplares de impresos y distribuidos por las casas editoriales también forman parte de dicha  categoría.

Asimismo, sucede con los artículos que son publicados en revistas especializadas en temas científicos. Es decir que antes de publicarse pasan por manos de un experto que decide si está apto o requiere una reestructuración.

Las fuentes populares poseen un lenguaje sencillo sin demasiados tecnicismos a fin de hacer que cualquier persona comprenda lo que se quiere expresar. Por lo general carecen de citas de autores, por lo que están sujetas a juicios por carencia de credibilidad.

Para ilustrar este punto en particular, puede tratarse de publicaciones de prensa y revistas de las que son autores periodistas y escritores. Sin embargo, pueden servirle a aquellas personas que buscan tener un enfoque general de los temas, sin profundizar en los mismos.

Diferencias entre las fuentes académicas y populares

Entre ambas fuentes hay una brecha, y las diferencias entre sí equivalen a un listado un poco extenso. Acto seguido, se presentan algunas de las más notables.

Las fuentes académicas ahondan en los temas que abordan y por lo general, son muy precisos. En el caso contrario, las fuentes populares son temas no especializados escritos por el colectivo.

Las fuentes académicas no emplean imágenes dentro de sus párrafos a menos que sea necesario para dar una explicación. Dentro de estos se pueden hallar cuadros y gráficos explicativos. Entre tanto, las fuentes populares hacen uso de imágenes y frases para adornar el escrito.

Otro punto es que las fuentes académicas, utilizan citas y enlaces de otros textos para sustentar ciertas afirmaciones. Las fuentes populares carecen de argumentos y citas que avalan sus conceptos.

Las fuentes académicas establecen un registro bibliográfico de las fuentes de investigación señaladas. Cabe destacar que esto no ocurre con las fuentes populares.

En las fuentes académicas se emplean sistemas de citas, por ejemplo normas APA. Especifican todo lo referente al autor, casa editorial, fecha de publicación, entre otros. Y las fuentes populares, omiten estos puntos.

Importancia de la distinción entre las fuentes en el proceso de investigación

Cuando se está realizando un proceso de investigación, es primordial saber diferenciar las fuentes de las que se puede recabar información. En la actualidad, se puede encontrar material tanto físico como en formato digital.

Se puede buscar en proyectos de tesis que han sido aprobados y  publicados , así como en libros, enciclopedias, artículos científicos, entre otros. Cabe señalar que no todas las fuentes son académicas, pueden ser  fuentes populares.

Por lo tanto, no todas las fuentes halladas son académicas, dicho con otras palabras, no todas pueden ser mencionadas en el proyecto. Es válido, hacer uso de ellas cuidando que el resultado no sea ambiguo.

Recomendaciones para el uso de las fuentes

Indistintamente del origen de las fuentes y el proyecto o actividad que se esté realizando, es vital saber emplearlas. Existen un gran número de fuentes que si no se saben aplicar cambian el sentido de lo que se quiere explicar.

El investigador debe estar atento a la naturaleza crediticia y veracidad de cada base de información. Además de la fiabilidad, las fuentes de información actualizadas aportan más valor y calidad favoreciendo a los lectores.

Los datos desactualizados le restan utilidad, y es bien sabido que la información se transforma y varía frecuentemente. Se trata de adaptarse a dichos cambios, y mantener los temas al día. Además de saber diferenciar las fuentes, deberás saber citarlas correctamente: Cómo citar correctamente las fuentes en tu TFG o TFM para tener una buena bibliografía

La manera más sencilla de no proporcionar información incomprensible, confusa o falsa es ponerla fuera de circulación. Entonces, cuando se elaboren contenidos, se debe tomar en consideración la necesidad de la audiencia por fuentes que no se presten a malas interpretaciones. Un ejemplo de esto son las fuentes populares.

Y volviendo al origen o naturaleza de las fuentes, el investigador debe procurar incluir información aunque esta no se ajuste a sus puntos de vista. La comparación de datos de manera analítica y persuasiva, es una forma más efectiva de demostrar que el contenido es confiable. Esta es la mejor manera de ganarse la confianza del público.

Las fuentes no solo complementan y contextualizan el contenido, sino que también hablan de un sentido ético y contribuyen a la reputación del autor, la empresa o el producto.

Estos son argumentos reales y confiables respaldados por datos sólidos y enfatizando. Por eso es tan importante seguir estos consejos, para ir construyendo poco a poco una reputación como referente profesional y con la total confianza de los usuarios.

Para finalizar y a modo de resumen, tenemos que las fuentes académicas poseen características únicas que permiten diferenciarlas de las populares. Son investigaciones inéditas que se publican en libros y revistas especializadas cuyos autores son expertos en el área.

Las publicaciones contienen citas de investigaciones previas hechas por otros autores. Con referencia a su longitud pueden abarcar entre diez y treinta páginas.

En cuanto a las fuentes populares se refiere, son escritos de interés general que pueden referirse a la investigación pero no contienen material original. Están redactadas por el público en general, no las escriben especialistas lo que significa que no fueron revisadas por pares.

Asimismo, carecen de citas de autores, y son sumamente cortas por lo que, mayormente, no superan las doscientas palabras.

 

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